Notas

Desde el comienzo de la pandemia, la constante fue el cambio. Podemos sorprendernos de cuan distintas resultan hoy ciertas actividades que creíamos nunca podrían cambiar.  Sin embargo, nos vimos obligados a la reconversión, cambiamos costumbres de años, incorporamos nuevas palabras a nuestro vocabulario: normalidad, virtualidad, zoom, meet, class room, etc. 

Desde el comienzo de la pandemia en Argentina debimos realizar adecuaciones en las costumbres de nuestra sociedad. Ya no podemos darnos un abrazo y un beso al saludarnos. Debemos conformarnos con extender el puño o chocar los codos. Ya no podemos compartir un mate con amigos, ahora cada uno con su mate y a lo sumo compartimos el agua del termo. 

Desde la formación académica en Ortesis y Prótesis, también tuvimos que enfrentar cambios. Nos vimos en la necesidad de adaptarnos a la “nueva normalidad”. La pandemia nos confrontó con un cambio de paradigma en la educación en general, y especialmente en el área Ortesis y Prótesis. Se requirió de un fuerte compromiso de los docentes. Era impensado poder dictar materias sin estar en las aulas, llevar a la teoría contenidos que eran netamente prácticos. Estoy convencido que una de las cosas que más nos costó como docentes fue “teorizar la práctica”. El compromiso y la tenacidad del plantel docente se vio reflejado en un reacomodamiento de los contenidos y formas de dictar las materias. 

Genera una sensación rara el hecho de entrar y ver pasillos vacíos, aulas vacías y total silencio. Se anhela volver al ruido característico de las aulas de clase, de los alumnos trabajando en los laboratorios. Pacientes, junto a alumnos y docentes, caminando por los pasillos probando sus equipamientos. 

Hemos tenido Clases virtuales, exámenes virtuales, incluso defensas de trabajos finales y festejos de graduación sentados frente a nuestras computadoras. Tenemos alumnos a los cuales no hemos visto nunca en persona. Pero esta realidad adversa, ha permitido generar un feed back particular, buscando nuevas dinámicas de clase que sean enriquecedoras, reforzando la formación teórica, y de esta manera poder optimizar los tiempos en los talleres, en cuanto sea factible volver a las practicas presenciales. 

Nuestros alumnos estan esperando volver a los laboratorios para poder realizar sus prácticas y tener el contacto con los materiales, las herramientas y, sobre todo, con los pacientes. Hemos podido transmitir los fundamentos teóricos, pero no hemos podido “teorizar la sensación” de ver al primer paciente amputado ponerse de pie con el equipamiento nuevo o ese paciente caminando más seguro con una nueva valva. Esas cosas son las que extrañamos, y las que queremos que nuestros alumnos vuelvan a vivir.

Hoy, ya con más de un año de “virtualidad” en la educación, enfrentamos el gran interrogante ¿Como sigue esto? Con el plantel docente del ICRyM – UNSAM, tenemos un claro compromiso con la formación de nuestros alumnos. Nos hemos impuesto como meta que nuestros alumnos no carguen con el estigma de ser “Los que cursaron en virtualidad”. Este tiempo resulta difícil para los alumnos y docentes, pero no podemos permitir que con el correr de los años esto sea un obstáculo en su ejercicio profesional. Esta pandemia nos dejara una marca como sociedad, pero nuestra intención es que sea un hito en la formación de los Ortesistas- Protesistas que egresarán en los próximos años.

Nuestro compromiso institucional, es seguir formando profesionales de excelencia, que al momento de decir que fueron alumnos nuestros, podamos estar orgullosos de eso, sabiendo que la formación académica fue completa, y no a medias. 

Lic. W. Daniel Kogan L.
Director Área Ortesis y Prótesis
Instituto de Ciencias de la Rehabilitación y el Movimiento
Universidad Nacional de San Martin
http://www.unsam.edu.ar/institutos/ICRyM/63/icrym/ortesis-protesis